2018-12-11

Detrás de los cuentos: “Si le das una galletita a un ratón”, de Laura Joffe Numeroff

... seguirá pidiéndote cosas hasta que se agoten tus energías. Ese parece ser el mensaje del famosísimo cuento de Laura Joffe Numeroff, ilustrado por Felicia Bond.


A simple vista, la conducta del ratón del cuento refleja el comportamiento común a todos los niños con sus mamás o papás. Después de comer la galletita, pide un vaso de leche. Y pide un sorbete para tomar la leche. Después pide una servilleta, después quiere acostarse, que le cuenten un cuento, y varias cosas más. Hay quienes creen que la historia esconde un mensaje político en contra de las acciones de los gobiernos tendientes al bienestar social.



Si le das una galletita a un ratón
Si le das una galletita a un ratón...
Empecemos por leer la versión completa del cuento “Si le das una galletita a un ratón”:

Si le das una galletita a un ratón, te pedirá un vaso de leche.
Una vez que le hayas dado el vaso de leche, probablemente te pedirá un sorbete.
Cuando haya terminado, te pedirá una servilleta.
Después, querrá mirarse en un espejo para asegurarse de que no tiene leche en el bigote.
Al mirarse en el espejo, se dará cuenta de que su pelo necesita un recorte.
Así que posiblemente te pedirá unas tijeritas.
Cuando se haya recortado el pelo, querrá una escoba para barrer el piso.
Comenzará a barrer.

Se entusiasmará tanto que terminará barriendo todas las habitaciones de la casa.
Incluso, hasta lavará los pisos.


Una vez que haya terminado, probablemente querrá dormir la siesta.
Le tendrás que preparar una cajita con almohada y colcha.
Ratón pidiendo una galletita
El ratón sigue pidiendo...
Se acomodará en la cama y mullirá la almohada varias veces.
Probablemente, te pedirá que le leas un cuento.
Le leerás un cuento de uno de tus libros y te pedirá que le enseñes los dibujos.
Al ver los dibujos, le gustarán tanto que él también querrá dibujar. Te pedirá papel y lápices de colores.
Hará un dibujo.
Cuando haya terminado el dibujo, querrá firmarlo con una pluma.
Entonces, querrá pegar el dibujo en la puerta del refrigerador.
Y para eso necesitará cinta adhesiva.
Pegará el dibujo y dará unos pasos hacia atrás para verlo mejor.
Al ver el refrigerador, se acordará de que tiene sed.
Así que… te pedirá un vaso de leche.
Y es casi seguro, que si te pide un vaso de leche, te pedirá una galletita para acompañarlo.



Narración en videocuento, del canal "Tiempo de leer":


Si le das una galletita a un ratón... te seguirá pidiendo
Buscando lo que pide el ratón.

Una posible interpretación


La historia de “Si le das una galletita a un ratón” es cíclica: cuando termina, vuelve a empezar. Un artículo publicado por el Washington Post señala que ese ciclo representa el círculo vicioso que resulta de ejercer la caridad. Si se le da a alguien algo sin que tenga que trabajar ni hacer nada para ganárselo, existe el riesgo de crear una dependencia. La persona que recibió algo a cambio de nada, probablemente luego pida algo más, y luego algo más, y así hasta agotar a quien tuvo la generosidad de darle algo la primera vez. Pero la autora de “Si le das una galletita a un ratón” no admite que haya querido reflejar esa idea en su cuento.


La inspiración de Laura Numeroff


Laura Numeroff dijo repetidas veces que la idea para el cuento le vino a la mente durante un largo viaje en auto desde San Francisco hasta Oregon. Ella lo iba narrando mientras manejaban y luego lo escribió. El manuscrito pasó por nueve editoriales antes de ser aceptado por Harper and Row (hoy HarperCollins).
Cansado de atender las necesidades del ratón
Cansado de atender al ratón.

Pero el artículo del Post insiste: “Es una historia de caridad publicada por primera vez hace treinta años, cuando el sistema de bienestar social estaba en primer lugar en la agenda gubernamental. La historia toma la forma de una advertencia irónica acerca de las consecuencias del altruismo. Su argumento tendencioso describe a un ratón que se vuelve dependiente de un niño para satisfacer sus necesidades”.

Las ilustraciones de Felicia Bond muestran a un niño que, cansado de los incesantes pedidos del ratón, termina quedándose dormido en una mecedora.

La enseñanza del cuento fue tema de debate político al momento de su publicación, en el año 1985. El presidente Ronald Reagan y otros políticos conservadores advirtieron que el bienestar social sólo servía para que los ciudadanos se acostumbraran a depender del gobierno y perdieran su voluntad por trabajar. Su hijos aprenderían del ejemplo, volviéndose adultos sin motivación, creando una generación que nunca aprendería a abastecerse a sí misma. El ciclo de pobreza se perpetuaría a sí mismo.

Parece increíble que un inocente cuento infantil pueda despertar semejante debate y, además, plantear un panorama tan desolador. Resulta dudoso que las intenciones de Laura Numeroff hayan sido crear esa idea cuando escribió su libro, pero no sería la primera vez que se usan contenidos dirigidos a los niños para inyectar ideas en la gente. Me vienen a la memoria dibujos animados de mediados del siglo XX en los que se pedía a la gente, incluso con mensajes bastante directos, que donaran sus artículos metálicos en desuso para fabricar armamentos.


¿Es adecuado para nuestros niños?


A los niños más pequeños les encanta la historia del ratón pedigüeño, y no hay dudas de que disfrutan mucho con las ilustraciones. Pero hay que plantearse si realmente queremos hacerles llegar el mensaje que transmite el cuento. Los cuentos son poderosas herramientas de enseñanza, y las ilustraciones son un componente muy importante del aprendizaje visual. Por eso, ante la duda, es mejor elegir cuentos que cultiven los valores humanos, en lugar de producir miedo a ejercer el altruismo.

Te recomendamos leer también "La abuela y los gatitos", un cuento corto (y navideño) sobre la generosidad.

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