2013-07-27

Don Fresquete, de María Elena Walsh

Un cuento de Doña María Elena Walsh, ideal para los fríos días invernales.

Había una vez un señor todo de nieve. Se llamaba Don Fresquete.


¿Este señor blanco había caído de la luna? –No.
¿Se había escapado de una heladería? –No, no, no.
Simplemente, lo habían fabricado los chicos, durante toda la tarde, poniendo bolita de nieve sobre bolita de nieve.
A las pocas horas, el montón de nieve se había convertido en Don Fresquete.
Y los chicos lo festejaron, bailando a su alrededor. Como hacían mucho escándalo, una abuela se asomó a la puerta para ver qué pasaba.


2013-07-20

Cuello duro, de Elsa Bornemann

Aaay! ¡No puedo mover el cuello! –gritó de repente la jirafa Caledonia.


Y era cierto: no podía moverlo ni para un costado ni para el otro; ni hacia adelante ni hacia atrás... Su larguísimo cuello parecía almidonado.

Caledonia se puso a llorar. Sus lágrimas cayeron sobre una flor. Sobre la flor estaba sentada una abejita.

–¡Llueve! –exclamó la abejita. Y miró hacia arriba. Entonces vio a la jirafa.
–¿Qué te pasa? ¿Por qué estás llorando?
–¡Buaaa! ¡No puedo mover el cuello!
–Quedate tranquila. Iré a buscar a la doctora doña vaca.


2013-07-09

Metegol: los muñequitos de plomo cobran vida

Metegol es una película de animación que no proviene de Disney, ni de Pixar, ni de ningún estudio de Hollywood, y cuenta una historia con la que se identificarán muchos chicos argentinos -y por qué no uruguayos, aunque ellos mejor lo llamarían futbolito- que disfrutan pegándole a una pelotita con unos muñequitos de plomo adheridos a un palo giratorio.



Los muñecos de plomo de Metegol cobran vida

La historia es más o menos así:


Amadeo vive en un pueblo pequeño y anónimo. Trabaja en un bar, juega al metegol mejor que nadie y está enamorado de Laura, aunque ella no lo sabe.

Su rutina sencilla se desmorona cuando Grosso, un joven del pueblo convertido en el mejor futbolista del mundo, vuelve dispuesto a vengarse de la única derrota que sufrió en su vida. Con el metegol, el bar y hasta su alma destruidas, Amadeo descubre algo mágico: los jugadores de su querido metegol hablan ¡y mucho! Juntos se embarcarán en un viaje lleno de aventuras para salvar a Laura y al pueblo y en el camino convertirse en un verdadero equipo. Pero, ¿hay en el fútbol lugar para los milagros?


El amor y la locura, cuento de Mario Benedetti

Cuento del amor y la locura. Un cuento que personifica a los sentimientos y las emociones.

Atribuido (erróneamente, quizás) a Mario Benedetti, en este cuento los sentimientos y las emociones juegan a las escondidas.



Resumen

En este cuento del amor y la locura, los sentimientos se encontraron jugando a las escondidas. Cada uno actuó según sus costumbres: la alegría dio saltos, la duda pensó si debía participar o no, la soberbia creyó que era un juego muy tonto, la intriga levantó la ceja en señal de sospecha, no participar la verdad prefirió.

Cuento del amor y la locura de Mario Benedetti
Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:

–¿Jugamos al escondite?

La Intriga se levantó con los ojos fruncidos, y la Curiosidad sin poder contenerse preguntó:

–¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?

Es un juego –explicó la Locura– en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo se halló secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La Verdad prefirió no esconderse; ¿para qué? Si al final siempre le hallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y La Cobardía prefirió no arriesgarse.


2013-07-04

Historia de la Rayuela

La rayuela es un juego de iniciación infantil, que representa el conocimiento de uno mismo, de donde provienen el juego del laberinto, la petanca y el juego de la oca.


El inventor de la rayuela quiso reflejar en el juego la vida misma, con el nacimiento, el crecimiento, los problemas y dificultades, la muerte y la meta final, el cielo. Por eso, en algunos países pintan un primer cuadrado que precede al número 1 donde escriben el nombre de Tierra y un último cuadrado después del 7 y el 8 al que llaman el Cielo, donde se puede descansar y apoyar los dos pies. Existen muchas versiones de la rayuela. Hay diferentes formas de pintarla en el suelo pero la más común es esta:


 
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