2018-08-08

La leyenda de los siete granaderos de San Martín

El mausoleo de San Martín está custodiado por siete granaderos. Desde hace unos pocos años circula una emotiva (aunque dudosa) historia acerca de por qué que los custodios son siete. A continuación relatamos esa historia y analizamos la veracidad de la misma.


Siete granaderos custodios de San Martín
Es bien sabido que el libertador de América, luego de concluida su epopeya, tuvo un enfrentamiento con el ministro de gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Bernardino Rivadavia. Por ese motivo debió exiliarse, y por la misma razón, durante un tiempo los miembros sobrevivientes del Regimiento de Granaderos quedaron privados de cualquier reconocimiento por sus logros.


Según cuenta la leyenda, cuando los restos de San Martín fueron repatriados en el año 1880, los últimos siete granaderos que quedaban vivos marcharon a caballo, con sus andrajosos uniformes, para acompañar a San Martín hasta su morada final. Se dice que quedaron en guardia toda esa primera noche, y al alba, dejaron su guardia y no se los volvió a ver. Nunca se supieron sus nombres.

Años después, el presidente Figueroa Alcorta nombró a los granaderos como escolta presidencial y, desde ese entonces, todas las mañanas marchan siete integrantes de este regimiento desde la Casa Rosada hasta la Catedral de Buenos Aires, turnándose en la guardia al cabo del día, para custodiar la tumba de José de San Martín.


Refutación

En un artículo publicado en el diario La Nación, el periodista Tomás Marcó del Pont cita al historiador Daniel Balmaceda, quien supone que la historia pudo haberse tergiversado a partir del regreso sin gloria a Buenos Aires de los 78 soldados sobrevivientes de las guerras independentistas. Entre esos 78, "había siete que eran granaderos y habían salido de Buenos Aires en 1814", cuenta Balmaceda. "Participaron en toda la campaña libertadora. Uno de ellos era Félix Bogado, que había sido uno de los prisioneros de los realistas cuando San Martín los enfrentó en San Lorenzo. Él era parte del ejército de Granaderos, pero murió en 1829". Por eso se descarta la posibilidad de que aquellos siete granaderos puedan haber sido los mismos siete de la leyenda.


Si seguían vivos, los siete debían tener, en el año 1880, más de 80 años. Es difícil imaginar que siete octagenarios, vestidos con uniformes de granaderos y andando a caballo en la procesión fúnebre de San Martín, hubieran pasado desapercibidos. Otro de los argumentos que refutan la historia es la referencia a los "andrajosos uniformes". En aquellos años, cuando los soldados volvían de la campaña, debían devolver sus uniformes junto con las armas, ya que le pertenecían al Estado.

En mayo de 1880, cuando fueron repatriados los restos de San Martín, el diario La Nación ya existía. En la edición del 28 de mayo de 1880 de dicho diario se publicó lo siguiente: "Los ocho palafreneros que guiarán el carro fúnebre serán del Regimiento 1° de Caballería de línea , quienes serán también promovidos a Sargentos 2° y vestirán para este acto el uniforme de los Granaderos a caballo".

Diario de 1880 (clic para agrandar)
Dos días después, el diario relataba cómo había sido la procesión. "Ayer a las 5 y ½ de la tarde han terminado recién su tarea los palafreneros a quienes le ha cabido la honra de vestir el traje de los Granaderos a caballo. Regresaron a sus cuarteles por la calle San Martín, llenos de marcial arrogancia, mirados con simpatía por los transeúntes", narró La Nación en su edición del 30 de mayo, el día después de la procesión fúnebre. No hubo mención de los supuestos siete.


Voceros del ejército argentino se refirieron a la historia de los siete granaderos como un mito, comparable con el del Sargento Cabral, de quien se dice que, mientras agonizaba en el campo de batalla de San Lorenzo, dijo que moría contento por haber batido al enemigo. "Son historias de tradición oral. Nunca sabremos si son ciertas, porque no hay ningún documento que las testifique", dijeron desde el ejército.

Nadie duda del heroísmo del general San Martín ni de los granaderos. Pero la historia de los siete granaderos, aunque inspiradora, difícilmente pueda ser veraz.




 
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