2019-05-01

“Facundito en el recreo”, un cuento de autoestima para niños

Esta es la historia de Facundito, un niño con baja autoestima, que finalmente aprende la importancia de valorarse a sí mismo.

Cuento de autoestima para niños
Facu y sus compañeros de colegio
Facundito estaba acostumbrado a pasar desapercibido. Era un chico promedio. En el colegio le iba más o menos; ni bien, ni mal. A la pelota, jugaba más o menos; ni bien, ni mal. Tenía un grupo de amigos con los que se juntaba para jugar. Y se divertía jugando. Pero si aparecía alguno nuevo, sentía miedo de pasar vergüenza y él mismo se apartaba.


A Facundito le gustaban los comics. Uno o dos días a la semana, sus mejores amigos lo iban a visitar a su casa y se pasaban tardes enteras hablando de superhéroes. En esos momentos, Facundito se sentía a sus anchas, feliz.

Facundito estaba por cumplir 13. A punto de comenzar la adolescencia.

Como dije, Facundito estaba acostumbrado a ser ignorado. Sus días pasaban sin contratiempos, siempre y cuando no llamara la atención.

Pero había ciertos momentos del día en que la situación se le ponía difícil: los recreos del colegio.

Antes, cuando era más chico, en los recreos, tanto él como sus compañeros se la pasaban corriendo y jugando. El único problema que tenían era evitar que las maestras los retaran por correr. Pero a los casi 13 años, ya ni él ni sus compañeros querían correr en el recreo. Lo único que hacían era reunirse en grupitos en el patio y hablar. Ése era su problema: hablar.


Sentía que a nadie le interesaba lo que él tenía para decir. En las ocasiones en que había querido hablar, las palabras se le habían trabado y no había podido decir lo que quería con claridad. Había pasado vergüenza. Entonces, había optado por no hablar. Simplemente se quedaba callado, sin intervenir, escuchando lo que decían los otros chicos.

Facundito tenía una hermana más grande. Carolina, se llamaba. Estaba en el último año del secundario, en el mismo colegio de Facu. Carolina sabía que su hermano era callado, pero pensaba que era sólo por timidez. Suponía que cuando fuera más grande se le pasaría. Sin embargo, Carolina había notado algo: cuando Facu se juntaba en su casa con sus mejores amigos, y hablaba de cómics, hablaba mucho. Hablaba fuerte, con ganas, con entusiasmo. Como lo quería mucho a su hermano, y quería ayudarlo con su autoestima, decidió intentar algo.

Yo me quiero, autoestima para niños
Yo me quiero
Un día de clases, en el recreo, se acercó con dos de sus amigas a hablarle a Facu, quien estaba (como siempre) junto con sus compañeros, escuchando lo que éstos decían. Cuando llegaron las tres chicas de último año a hablarle a Facu, todos se quedaron callados para ver qué estaba sucediendo.


-Facu, ¿sabés lo que dicen estas chicas? -preguntó Caro- Que Capitana Marvel es la más fuerte de todos los héroes de Marvel. Explicales la estupidez que están diciendo.

Carolina se quedó cruzada de brazos, mirando a sus amigas y esperando a que su hermanito hiciera gala de sus profundos conocimientos de superhéroes. Los compañeros de Facu siguieron en silencio y expectantes.

Facu miró a unos y a otras. Y empezó a explicar.

-Bueno, Caro, en realidad… ellas tienen razón.

Carolina lo miró con el ceño fruncido, actuando como si estuviera realmente enojada.


-¿Cómo? ¿Les das la razón? ¡Por favor! ¿Cómo va a ser la más poderosa? Facu, eso no tiene sentido.
-Sí, tiene mucho sentido, Caro -empezó a explicar Facu, muy seguro de lo que decía. Contando con los dedos, enumeró las razones que sostenían su argumento-. Capitana Marvel puede superar la velocidad de la luz; puede estar 24 horas luchando a su máximo poder antes de empezar a cansarse; es prácticamente invulnerable: puede resistir muchos daños antes de recibir daños reales. Además de todo eso, puede multiplicar la energía que absorbe, para tener aún más habilidades.
-¿Ves Caro? -dijeron risueñas y a coro las dos amigas de Carolina, actuando según lo que habían acordado previamente-. Tu hermanito, el que más sabe del Universo Marvel, dice que tenemos razón.

Entonces los compañeros de Facu quisieron intervenir en la conversación, algunos objetando, otros asintiendo. Se armó un gran debate, y Facu quedó en el medio como moderador, puesto que era quien más sabía del tema.

Facundito se sorprendió de lo tranquilo y seguro que se sentía. Estaba tan a gusto como cuando se juntaba en su casa con sus amigos a hablar de cómics. Se sentía importante y respetado.

Esa confianza que sintió al hablar de superhéroes frente a sus compañeros fue lo que necesitaba para saber que él también tenía cosas interesantes para decir.

Después de ese día, los recreos ya no fueron un problema. Cada vez que quería intervenir en una charla, lo hacía y listo. Y las palabras le salían con fluidez, por que había recuperado su autoestima y había aprendido a valorarse.

Otros cuentos para trabajar la autoestima:


El orejón, un cuento sobre bullying

Tobías, el invisible. Un cuento sobre la timidez

Cuentos de autoestima para niños: ¿Cómo crecer? de Jorge Bucay

“Cinco enfados” cuento de Gabriela Keselman


¿Cómo ayudar a una persona con baja autoestima?


A continuación ofrecemos una serie de consejos acerca de cómo se puede ayudar a una persona que sufre de baja autoestima.

  • Ayúdala a detectar sus virtudes y logros: esto es clave para ayudar psicológicamente a una persona con baja autoestima. Ella tenderá a pensar que solo tiene defectos y a ser muy pesimista interpretando que todo le sale mal. El hecho de que tú le digas cuáles son sus virtudes, sus logros y las cualidades positivas de su personalidad, le ayudará a identificarlos y, por ende, a subir su autoestima.
  • Para evitar que esa persona piense que todas las experiencias negativas que le suceden son solamente culpa suya, puedes formularle una serie de preguntas sobre los últimos acontecimientos negativos que haya vivido para que, de esta forma, empiece a ver que la mayoría de veces las cosas suceden por varias causas y que no solo dependen de ella.
  • Es fundamental que no le compares con los demás. La mejor opción es ayudarle a crecer personalmente y alcanzar sus metas haciendo hincapié en sus capacidades y aspectos positivos. Si continuamente lo comparas con otras personas de su entorno, solo conseguirás que se frustre y que su autoestima se dañe aún más.
  • Las personas con autoestima baja suelen "empequeñecerse" ante los demás y, en muchas ocasiones, les cuesta decir lo que piensan, afrontar los conflictos y hacerse respetar. Es importante que le transmitas que no es menos que los demás, que su criterio es tan válido como cualquier otro y que tiene que defenderse por sí mismo cuando lo considere necesario.
  • Pasa tiempo de calidad con ella. Además de ayudarla con palabras, también es importante que le muestres tu apoyo con hechos y que pasen tiempo juntos haciendo aquellas actividades que más le agradan o divierten.




 
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