2017-02-10

Los chicos y el celu, una combinación peligrosa

Niño con celular
Niño con celular
Los chicos empiezan a pedir su propio teléfono celular cada vez a más temprana edad. Así como solía ser un objeto de status entre los grandes, ahora lo es entre los chicos, quienes tienen el deseo de tener un teléfono para lucirlo entre sus pares. Nos lo piden insistentemente, argumentando que "todos" sus compañeros de colegio ya tienen uno (ese "todos" significa tres o cuatro en la realidad). No debemos ceder ante la presión; hay que analizar el tema y decidir inteligentemente.

Hay aspectos a favor y en contra de que los chicos tengan su propio celular. A favor: que sus padres se puedan comunicar con ellos cuando no están en su compañia. En contra: de todo. Hay infinidad de estudios que destacan los efectos perjudiciales de los celulares y (la tecnología móvil en general) para la salud física y mental de los niños. Nos gustó mucho un artículo de la educadora y madre de seis Paz González, en donde se mencionan y analizan 10 razones de peso para restringir el uso de celulares y tablets en los chicos antes de los 12 años.

Aunque el aspecto a favor del uso de celulares en los chicos sea uno solo, es uno muy importante. Los chicos de padres separados lo necesitan para comunicarse con la madre o el padre cuando están con el otro; particularmente si no hay buena comunicación entre ellos. Cuando los dos padres trabajan y los chicos se quedan mucho tiempo con algún pariente (sobre todo si es un abuelo o abuela de edad avanzada) o una niñera, también es muy conveniente que tengan un teléfono móvil. Lo mismo si viajan solos a la escuela, o si pasan mucho tiempo fuera de casa, aunque estén siempre bajo supervisión responsable.


Nuestro dilema como padres es decidir qué medidas tomar para que los chicos usen el teléfono sólo cuando es necesario. Hay aplicaciones para controlar y limitar el uso de teléfonos y tablets por parte de los chicos. En general estas aplicaciones filtran los contenidos inapropiados, impiden las compras desde el dispositivo móvil y mantienen un registro de actividad que se puede monitorear. Hay una, llamada MMGuardian Parental Control, que restringe el uso de determinadas aplicaciones, limita el tiempo de uso del móvil y restringe llamadas y envío de mensajes de texto.


Sin embargo, las restricciones automáticas, o forzadas por la misma tecnología, les da a los chicos el mensaje subliminal de que los padres nos queremos desentender de su crianza, que preferimos no involucrarnos en sus vidas, o que no les tenemos confianza. Lo más conveniente es hablar con ellos y explicarles las razones por las que no deben hacer un uso excesivo del móvil, y además hacer cumplir las limitaciones en tiempo de uso y horarios. También es fundamental prohibir el uso de los dispositivos en circunstancias en que se debe compartir el tiempo con la familia, como las comidas, salidas en familia, reuniones, ver películas, vacaciones, etc.

¿Cuánto tiempo se los debe dejar con el celu o la tablet?
La Academia Americana de Pediatría recomienda que, en niños de 3 a 5 años, se aplique un límite de una hora de uso diario de pantallas interactivas (esto incluye computadoras, tablets, teléfonos, etc.). En niños entre 6 y 18 años, no más de dos horas al día. En la práctica sabemos que esto no se cumple; los chicos exceden estos límites, pero cada papá y mamá debe establecer los tiempos permitidos según su criterio.

Por otra parte, mejor que poner límites es incentivar positivamente a los chicos para que distraigan su atención hacia otras cosas que no impliquen pantallas interactivas. Invitar a amigos a jugar a casa es una buena forma de que alejen sus ojos de las pantallas. También hacer deportes o practicar actividades artísticas, como música o teatro. Asistir a clubes, ir a ver espectáculos, visitar museos, tener un hobby (pintura, papiroflexia, jardinería, cocina, modelismo, etc.) son todas ideas para alejarlos del teléfono y de paso compartir tiempo con ellos.

Nomofobia
La adicción al uso del teléfono celular ya tiene nombre y alcanza cifras preocupantes. Francisca López Torrecilla, española experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada señala que el 8 por ciento de los estudiantes universitarios españoles que sufre nomofobia.

Sin embargo, lo más interesante son las consecuencias que, a su juicio, acarrean este miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima, y que se resumen en que los jóvenes se aburren cada vez más con las actividades habituales de ocio. Según López Torrecilla, los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos.

Además, la nomofobia se manifiesta en síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación y/o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.

A modo de conclusión, les ofrecemos un cuento de nuestra autoría, sobre un chico que se pierde de vivir un hecho único e irrepetible, justamente por tener su vista constantemente puesta en la pantalla de su celular: La pulga y el fideo (un cuento de fútbol).

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