2016-04-14

Tweets de @microcuentos

Si bien no son un invento nuevo, los microcuentos o microrrelatos parecen haber sido creados especialmente para estos tiempos en que el vértigo de la vida diaria nos lleva a leer únicamente textos breves en la pantalla de un celular.



Twitter es la herramienta ideal para difundir estas diminutas obras literarias. A continuación, una selección de grandes relatos en pocas palabras, publicados en la red del pajarito celeste. Para una lista más completa, recomendamos darse una vuelta por @microcuentos.

Cuando el príncipe llegó al castillo, el cuento dio un giro inesperado: el dragón le pidió que lo liberara de la princesa.
-Plácido Romero

Se debatía entre avanzar para alimentar la curiosidad y retroceder para no arruinar la fantasía.
-Livia Hernández

El boxeador sueña con que el Ratoncito Pérez le devuelva sus dientes. 
-Javier Castillo

Él era sordo. Ella era muda. El amor fue ciego.
-J. Manuel Pagano


Le seguía en Twitter, en Facebook, en Linkedin, en Instagram... hasta el día que la empezó a seguir por la calle.
-Marcos Ley

Si me necesitas silba, dijo él. Si silbase cada vez que te necesito sería el viento, pensó ella.
-David Robledo

Él sentía mucho por ella. Ella lo sentía mucho por él.
-Marcos Ley

¿Qué son los microcuentos?
Son obras literarias narrativas con características particulares que las diferencias de otras como la novela o el cuento. Su principal característica es, obviamente, la brevedad. Como sinónimos de microcuentos también se usa microrrelato, microficción o minificción.


Los textos de corta extensión existen desde tiempos inmemoriales, en la forma de fábulas, adivinanzas, parábolas, epitafios, graffiti, entre otros. El microrrelato como fenómeno escritural debe verse como una de las más recientes definiciones de la escritura fragmentaria breve. En el mundo occidental, además de la ya mencionada fábula, algunos casos paradigmáticos de escritura breve en el mundo grecolatino antiguo incluyen el aforismo, el epigrama o el epitafio. En la Edad Media, en los llamados bestiarios, y más adelante en las sentencias de El conde Lucanor, pero aún más atrás existen antecedentes en las parábolas de Jesús, vistas de forma individual, separadas del texto, como estructuras narrativas completas y breves, exigencia del microrrelato actual.

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