Cuando hablamos de oscurantismo, solemos referirnos a tiempos lejanos, en los que el conocimiento estaba prohibido para la gente común. Sin embargo, cuando condenamos el interés de los niños por aprender, respondiendo a sus preguntas con un “porque sí” o un “qué sé yo”, estamos volviendo un poquito a aquellas épocas oscuras, en las que al saber se lo escondía tras un velo de temor.
Es el momento de desterrar definitivamente al oscurantismo de la crianza de los chicos. Y para ello debemos estimular su curiosidad, su instinto natural por aprender. Es lo que propone Melina Furman (doctora en educación, bióloga y muchos etcéteras más) en su libro “Guía para criar hijos curiosos”. Un libro que trata sobre la educación de los chicos, pero no desde el lado de la escuela, sino del lado de los padres, los abuelos y todo adulto que forme parte del entorno del niño; un libro que habla de aprendizaje, pero no desde el punto de vista de lo formal, de la imposición, sino desde la curiosidad y desde el genuino interés por averiguarlo todo.
En una entrevista difundida por la Radio Andina de Mendoza, Melina (acompañada por nuestro amigo reportero Pablo Wahnon, quien se refirió a la escritora como una de esas personas que dedican sus vidas a crear un impacto positivo en la sociedad) contó el objetivo principal de su libro: que la crianza de los chicos fomente su curiosidad, su interés por formular preguntas, por averiguar cómo funciona la naturaleza, y por desarrollar un pensamiento crítico.