2010-02-28

El tesoro escondido

Un cuento sobre tres niños a los que les gustaba jugar a los piratas y a encontrar tesoros.

Cuento de un tesoro escondido
Matías, Caro y Julián eran tres primos que vivían uno al lado del otro y, por lo tanto, siempre estaban jugando juntos en alguna de las tres casas.


Lo que más les gustaba hacer era jugar a las escondidas y a los piratas, por que les encantaba esconderse o esconder cosas para luego emprender la aventura de su búsqueda.

El de los piratas siempre consistía en encontrar un tesoro mediante un mapa que alguno de ellos dibujaba. Seguían las instrucciones y el que llegaba más rápido se podía quedar con todo. Claro que, a veces, para hacerse los graciosos, ponían pura basura, como papeles de diario, hojas de árboles o trapos viejos. Los papás siempre andaban buscando las noticias y las mamás los trapos de piso para limpiar.


2010-02-24

2010-02-18

La curiosidad de Griselda

Para escuchar la versión en audio de este cuento, ve hasta el final de la página.

La curiosidad de Griselda
Griselda sentía siempre tanta curiosidad por todo, que no podía controlarse. Cada vez que veía un grupito de sus compañeros de colegio cuchicheando, ella tenía que meterse a ver de qué hablaban. Cuando la seño les pedía que investigaran algo para el día siguiente, ella se aparecía con hojas y hojas de información que había sacado de enciclopedias y de Internet.


Quería saberlo todo. Siempre le hacía preguntas a la seño, y le pedía que les enseñara más cosas.
Tanta curiosidad molestaba un poco a sus compañeros, por lo que un día decidieron hacerle una broma pesada para que aflojara un poco. Agarraron una caja de zapatos, la llenaron de tizas pulverizadas, la taparon, le pusieron un cartel en la tapa que decía “SECRETO. NO TOCAR” y la dejaron arriba de un armario con la tapa para el costado. La curiosidad de Griselda no podría resistirse a ese misterio.


2010-02-16

Cómo ser un buen cuentero

A veces lo mejor de un cuento no es la historia en sí, sino la forma en que se cuenta. No por nada hay narradores de cuentos profesionales, que estudian para eso.


Pero para contarles cuentos a los chicos antes de ir a dormir no es necesario ser un profesional. Basta con conocer algunos trucos que logren que nuestras narraciones sean más amenas y divertidas.

cuentacuentos
En el blog En Clave de Niños, encontré una guía bastante útil sobre cómo contar cuentos a los chicos. Con unas pocas técnicas se puede dar más vida al relato y mantener a los niños interesados y atentos hasta llegar al “colorín colorado, este cuento se ha terminado”.

En resumen, estas son las cosas que hay que tener en cuenta para tener éxito como padre-cuentero o madre-cuentera (o para el caso, tío-cuentero, abuelo-cuentero, etc.):



2010-02-11

Agustín, el astronauta

Un cuento que trata sobre los sueños que se hacen realidad.


Para niñas y niños de todas las edades.

Cuento de astronautas
Agustín era un chico muy soñador. Siempre estaba jugando a las distintas cosas que quería ser cuando creciera. Un día era doctor, otro cowboy, y al siguiente, piloto de avión. Hasta que un día, viendo el despegue de un cohete en la tele, se decidió.


–¡Voy a ser astronauta! –gritó de alegría.

Esta vez iba en serio. Se hizo un casco con una ensaladera de plástico y unos tubos que pintó de plateado. Completó su traje con ropa blanca y unas botas de lluvia. Lo siguiente sería construir su nave espacial con cajas, papeles y marcadores.

Cuando sus amigos vieron todo lo que estaba haciendo, trataron enseguida de convencerlo de elegir otra profesión. Lo de astronauta era muy difícil: necesitaba mucho entrenamiento y estudio, y todo eso se hacía en Estados Unidos; muy lejos de su casa.


2010-02-09

Matías y la máquina del tiempo (parte II)

La segunda parte del cuento de ciencia ficción sobre un chico que se encuentra una máquina del tiempo en la playa, mientras juega en la arena con su palita.


Para chicas y chicos de 5 años en adelante.

(ilustraciones: Nachito)

Si todavía no leíste la parte I, haz clic aquí.

Matías y la máquina del tiempo - 3
¿Matías vio... el Hindenburg?
Cuando en la ventanita apareció el uno-nueve-tres-cuatro, vio pasar por el cielo un globo gris gigantesco, con unas aletas en la cola que tenían dibujadas unas cruces negras inclinadas. Cuando apareció el uno-cinco-dos-cero, la playa quedó desierta, pero en el agua, muy lejos, Matías pudo ver cinco barcos con velas grandes, parecidos al que su tío tenía adentro de una botella.


De repente hizo aparecer el número dos-uno-cinco-cero. La playa apareció llena de personas que no tenían ninguna ropa, pero que estaban todos embadurnados con un bronceador plateado. El sol estaba fuertísimo; tanto, que Matías no se animaba ni a asomar una mano fuera de la sombrilla. Por el cielo pasaban volando muchísimos autos voladores buenísimos.

Al final se aburrió de su cajita mágica, así que la dejó a un costado y se propuso seguir haciendo pozos en la arena, a ver si aparecía alguna otra cosa. Pero no encontró ni el baldecito ni la palita. ¿Adónde estarían? Miró alrededor, pero lo único que había era mucha gente desnuda y plateada. Se acordó de que los había dejado al sol, fuera de la sombrilla; entonces era seguro que habían desaparecido con todo lo demás que había en la playa.


2010-02-07

Matías y la máquina del tiempo (parte I)

Un cuento de ciencia ficción para niños que estimula la imaginación. Se trata de un chico llamado Matías que se encuentra en la playa con una máquina del tiempo y se pone a jugar con ella.


Para chicas y chicos de 5 años en adelante.

(ilustraciones: Nachito)

Matías y la máquina del tiempo - 1
Matías juega en la playa...
Matías y su mamá iban a la playa en San Clemente. La mamá llevaba la sombrilla, la silla plegable, el bolso, los toallones y la Revista Gente. Matías llevaba el balde y la palita.


Al llegar a la arena, buscaron un lugar despejado y allí armaron su pequeño campamento. La mamá de Matías puso la sombrilla, desplegó la silla y se sentó a leer. Matías fue a buscar agua con su baldecito, se sentó en la arena al lado de su mamá y empezó a hacer un pocito. Al rato, la mamá reclinó el respaldo de la silla y se echó para atrás, tapándose la cara con la revista.

–Matu, no te vayas lejos, ¿si?
–No, Ma.

Después de cavar un rato en la arena, la palita de Matías chocó con algo duro. Intrigado, comenzó a sacar la arena de alrededor de ese objeto que parecía ser una cajita vieja de metal medio oxidado. Finalmente la descubrió del todo y la pudo sacar de la arena. La cajita tenía una perilla y una ventanita con un número. Se parecía a la radio que usaba el abuelo para escuchar los partidos de fútbol los domingos a la tarde.


2010-02-04

La cigarra y la hormiga (con final alternativo)

En esta versión de la clásica fábula de la cigarra y la hormiga se reivindica el rol de la cigarra, que aunque no trabaja tanto como la hormiga, cumple una función importante al alegrar con su canto.


(ilustraciones: Nachito)


La cigarra y la hormiga
Todos conocen la fábula de la cigarra (o la chicharra) y la hormiga, ¿no? Bueno, por si alguno no la conoce, aquí va un breve resumen.

Era verano. La cigarra se daba la gran vida cantándole al sol desde los árboles, mientras la hormiga trabajaba como loca para juntar comida para el invierno. Cada vez que la hormiga, cansada, miraba a la cigarra desde abajo, le decía: “dale, seguí cantando nomás, ya vas a ver cuando venga el invierno”. Y la cigarra no le daba bolilla y seguía cantando y alegrando a todo el bosque.

El verano pasó. Después vino el otoño y el invierno. Y cuando llegó el invierno y se cayeron todas las hojas de los árboles, la hormiga se metió en su hormiguero a disfrutar de la comida que había estado acumulado durante el verano.


2010-02-02

El día en que Dani se volvió aburrido

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2010-02-01

Los niños y los cuentos

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